Perfil Sensorial: Frutas tropicales, frutos rojos y cítricos.
Productor: Angelina López
Altitud: 1.300-1.700 msnm
Región: Jinotega
Proceso: Lavado
Varietal: Pacamara
El café llegó a Nicaragua a mediados del siglo XIX, pero no tuvo que competir con cultivos bien establecidos como el índigo o el banano. El café tardó solo 20 años en convertirse en el principal producto de exportación del país y, a principios del siglo XX, representaba el 65 % de las exportaciones de Nicaragua. Entre 1895 y 1926, la producción de café solo en la región de Jinotega se triplicó, pasando de 4500 sacos a 13 500. El rápido crecimiento de la industria no coincidió con tanta deforestación como en otros países de la región y, en la actualidad, prácticamente todo el café nicaragüense se considera cultivado a la sombra.
Las regiones cafetaleras de Nicaragua incluyen Jinotega, Nuevo Segovia, Madriz, Estelí, Matagalpa, Boaco, Managua, Carazo y Granada. En todo el país, la mayor parte del café de Nicaragua se cultiva entre 800 y 1500 msnm, con algunos cafés especiales que crecen incluso a más de 1500 msnm. Más de 330,000 personas en Nicaragua trabajan en el café, lo que representa el 15% del mercado laboral y más del 50% de la fuerza laboral agrícola. La mayor parte del café de Nicaragua se muele utilizando una versión de beneficio húmedo. Especies de plantas Catimor, Catuai, Java, Maragogype, Pacamara, Borbón rojo.
Los Papales es un café de especialidad producido en la región montañosa de Jinotega, en el norte de Nicaragua, por la familia López, que lleva más de tres generaciones cultivando café en esta finca de aproximadamente 200 hectáreas, de las cuales casi la mitad se mantiene como bosque natural protegido. Este enfoque sostenible ha llevado a la finca a obtener certificaciones como Rainforest Alliance y a desarrollar proyectos sociales que incluyen escuela gratuita para los hijos de los trabajadores, una clínica médica y programas de conservación hídrica. El lote disponible fue cultivado a una altitud aproximada entre 1300 y 1700 metros sobre el nivel del mar y fue procesado mediante el método lavado, que consiste en la recolección manual de cerezas maduras, seguido de flotación, despulpado, remoción del mucílago con agua limpia y un secado controlado en camas elevadas y secadoras mecánicas. El resultado es una taza limpia, de acidez brillante y cuerpo sedoso, con una puntuación en taza de 87,75 puntos y un perfil sensorial que destaca por notas de ciruela, manzana roja, naranja, anacardo, chocolate con leche y matices tropicales. Este café representa el equilibrio entre tradición, sostenibilidad y calidad.