Perfil Sensorial: Manzana, frutas de hueso, nibs de cacao y toffee
Producto: Martha Albir
Altitud: 1.252 msnm
Región: Nueva Segovia
Proceso: Natural
Varietal: Maracaturra
Finca La Picona, ubicada en la comunidad Las Manos de Dipilto, Nueva Segovia, pertenece a Martha Lucía Albir Sotomayor, una reconocida productora de café de especialidad que adquirió la propiedad en 2025, sumándola a otras tres fincas y a su participación en el beneficio seco Cafetos de Segovia. La finca abarca nueve hectáreas, seis de las cuales están dedicadas al cultivo de café, y recientemente produjo alrededor de noventa quintales de café verde. Cuatro trabajadores permanentes (un administrador y tres peones) cuentan con el apoyo de un asesor técnico. Entre los cafés que crecen se encuentran Maracaturra, Catuaí amarillo y rojo, Geisha, Java, Caturra y Parainema, bajo un dosel de inga, maderas duras nativas, búcaro, plátanos y árboles frutales, que cubre entre un 30 % y un 50 % del terreno. La nutrición anual comprende dos aplicaciones al suelo de fertilizante sintético de bajo impacto, tres abonos foliares orgánicos y pulpa compostada, mientras que la regulación sistemática de la sombra, la poda de formación y los cortes de mantenimiento garantizan la salud de las plantas. Las cerezas maduras se recolectan a mano de enero a marzo y se transportan en camión a la Finca Bethania, donde los procesos de lavado, miel, natural y anaeróbico-natural siguen una secuencia común de selección de cerezas, flotación y un reposo de dieciocho horas. Los lotes lavados fermentan en tanques durante 24-36 horas, los lotes de miel fermentan sellados en plástico durante 24-48 horas, y los lotes anaeróbicos-naturales fermentan en barriles herméticos antes de que todo el pergamino se traslade a Cafetos de Segovia para su almacenamiento, molienda en seco, comercialización y exportación. El diseño de la planta de procesamiento húmedo de Bethania minimiza el consumo de agua y canaliza los efluentes a lagunas de oxidación, prácticas que se replican en las actividades de campo de La Picona, donde el monitoreo regular, la gestión de la sombra, las trampas para brocas y las pulverizaciones preventivas de bajo impacto conforman la estrategia integrada de control de plagas y enfermedades. Solo se cultiva café, y aunque los efectos del cambio climático aún no son del todo evidentes en esta finca recientemente adquirida, las lluvias irregulares ya están provocando estrés hídrico en las plantas y retraso en la floración.